UNA MEJOR SALIDA DE LA CRISIS ECONÓMICA DE LA COVID-19
El plan de recuperación de la UE de 750.000 millones de euros para enfrentar la crisis Covid representa una oportunidad única para transformar nuestra economía.
No obstante, a pesar de la apertura, la UE sigue confiando en teorías económicas a corto plazo desacreditadas que nos dejarán en una situación de vulnerabilidad ante un cambio climático acelerado y un nivel de vida en declive, al tiempo que los Estados miembros prevén desperdiciar una gran parte del paquete de recuperación en la reconstrucción de una economía insostenible.
Europa debe aprovechar esta oportunidad para construir un puente hacia una nueva economía sostenible y resiliente, que garantice un mejor nivel de vida para todos. Únase a nuestro llamamiento a los Ministros de Economía europeos para que reconsideren el tipo de recuperación a la que debemos dirigirnos.
Únase a nuestro llamamientoSostenibilidad ambiental
El cambio climático constituye una amenaza para todos, con unas consecuencias ambientales de magnitud enorme. Para atenuarlo, la UE debe invertir urgentemente en industrias y tecnologías sostenibles que alcancen los objetivos de emisiones del Acuerdo de París y eviten un desastre medioambiental.
Mientras la Covid-19 devasta Europa, las emisiones mundiales de carbono se han reducido en 2020 en un 8 %, lo que constituye el primer descenso general desde la Revolución Industrial. Pero un año no es suficiente. Para alcanzar nuestros objetivos del Acuerdo de París necesitamos el mismo descenso del porcentaje de los niveles de emisión cada año hasta el 2030. Si reconstruimos la economía que existía antes de la pandemia, a finales de este siglo podría producirse un catastrófico aumento de 4,8ºC de las temperaturas medias. Como el bloque comercial más grande del mundo, Europa desempeña un papel de liderazgo fundamental en la defensa del Acuerdo de París y en la lucha contra el cambio climático.
Los presupuestos actuales son insuficientes
En los actuales plan de gastos para la recuperación, las principales economías de Europa se quedan cortas en lo que respecta a la resiliencia ambiental. Francia solo ha asignado a este tema el 22 % de su presupuesto de 100.000 millones de euros, Alemania ha reservado únicamente el 16 % de 130.000 millones de euros, mientras que España ha destinado un escaso 11 % de 72.000 millones de euros.
La brecha del gasto: el paquete de recuperación de la pandemia no es suficiente
La Comisión Europea expuso la necesidad de invertir 470 000 millones de euros cada año hasta el 2030 para que Europa alcance sus objetivos ambientales, incluidos los objetivos de emisiones del Acuerdo de París. Los planes de recuperación de la pandemia dan un paso en la dirección correcta, pero necesitamos un camino a largo plazo mucho más ambicioso.
La necesidad de construir un futuro sostenible
Buscar el crecimiento económico a cualquier precio es peligroso e imprudente cuando lo que está en juego es la futura sostenibilidad del planeta. Tampoco hay pruebas convincentes de que los mercados financieros privados por sí solos puedan abordar el cambio climático. Estos últimos son, por naturaleza, reacios al riesgo y propensos a los beneficios a corto plazo, por lo que la UE no puede confiar en ellos para sufragar el déficit de financiación.
Los Ministros de Finanzas europeos deben cambiar su curso y. Suprimir las ayudas a industrias que no viraran hacia modelos empresariales sostenibles. En cambio, apoyar industrias que sí lo harán y financiar el desarrollo de nuevas actividades sostenibles.
Inclusión social
Centenares de miles de europeos han perdido la vida debido al coronavirus, el número de desempleados asciende a varios millones y la economía ha descendido en un 8,3 %. No tendría que haber sido así. Si los gobiernos hubieran destinado solo 4 € por persona a estar preparados frente a una pandemia, se hubiera podido evitar esta catástrofe.
La pandemia ha demostrado que las décadas de pensamiento a corto plazo y los recortes de gastos en bienes públicos esenciales, como camas de hospitales, médicos y enfermeras, han dejado a nuestra sociedad indefensa ante la crisis.
Los actuales planes de gasto: la resiliencia social recibe un duro golpe
Francia solo ha asignado el 23% de 100.000 millones de euros, Alemania, el 16 % de 130.000 millones y España, un tímido 6% de 72.000 millones de euros en los actuales presupuestos destinados a la recuperación.
Desigualdad en el gasto en detrimento de las infraestructuras sociales
Europa no puede volver al status quo previo a la pandemia, donde existía un estancamiento del nivel de vida y los ingresos familiares. En numerosas partes de Europa, las cifras de desempleo en la actualidad son superiores a las de la crisis financiera mundial de 2008: prácticamente uno de cada cinco europeos está actualmente en riesgo de pobreza y un 5 % sufre importantes carencias materiales. Un grupo de expertos independientes nombrado por la Comisión Europea identificó también un déficit de inversión en infraestructuras sociales de al menos 142 000 millones de euros al año en instalaciones físicas, como hospitales, escuelas y viviendas sociales.
Necesidades imperativas
Durante mucho tiempo, los Ministros de Finanzas europeos han dado prioridad al logro de objetivos de reducción del déficit a corto plazo por encima de las necesidades sociales de los ciudadanos europeos. Con las restricciones del gasto público se han incrementado los llamamientos al sector privado para sufragar el déficit en inversión social. Pero las infraestructuras y los servicios sociales no atienden a fines de lucro y los servicios públicos gestionados por el sector privado, como la sanidad, generalmente reducen la igualdad en el acceso. Todo esto pone en peligro el objetivo de la resiliencia social a largo plazo.
Necesitamos una transición socialmente justa que apoye la reconversión de los trabajadores para los empleos ecológicos del futuro y que garantice un nivel de vida digno para todos. Y necesitamos una inversión pública adecuada en infraestructuras como hospitales, escuelas y viviendas sociales, así como en servicios como sanidad, educación, asistencia social y formación profesional.
Únase a nuestro llamamiento a los Ministros de Finanzas europeos
Únase a nuestro llamamiento a los Ministros de Finanzas europeos para que reconsideren la recuperación y construyan una nueva economía que sea sostenible, resistente y que conlleve un mejor nivel de vida.
Estimada Ministra de Finanzas,
La pandemia de la Covid-19 ha obligado a Europa a elevar temporalmente sus límites de gasto público para permitir un estímulo público histórico. Este es el momento perfecto para invertir en una transición verde y social. Sin embargo, los montos invertidos en la llamada recuperación de la economía insostenible del pasado, eclipsan los montos prometidos para construir una economía futura resiliente.
Esta asignación inadecuada demuestra que, a pesar de las convincentes lecciones de la crisis del coronavirus sobre la importancia de la planificación a largo plazo y la inversión en resiliencia, seguimos priorizando los indicadores económicos cortoplacistas -el crecimiento de cualquier actividad, aunque sea perjudicial- sobre la sostenibilidad a largo plazo. Si desaprovechamos estos estímulos públicos que sólo se dan una vez en una generación, obstruiremos una transición muy necesaria y colocaremos a Europa en un trágico camino hacia un mayor cambio climático y una mayor perturbación social.
Le pedimos por ello que revisen los planes de recuperación. De esta manera los planes deben:
- Acabar con el apoyo a las actividades insostenibles que no pueden convertirse en sostenibles.
- Apoyar a las personas y a los trabajadores, cueste lo que cueste: garantizar el nivel de vida de todos y asegurar una transición justa.
- Invertir en la transición verde y sentar las bases de una economía basada en un sistema de producción y consumo resiliente.
También le pedimos que intervenga en el debate para cambiar las normas de la UE sobre el gasto público:
- Evitar la vuelta a la austeridad, como recomiendan los principales economistas de la OCDE y del FMI.
- Reformar el marco fiscal para situar los objetivos medioambientales y sociales en el centro de la gobernanza económica de la UE.
Hay que dejar de utilizar indicadores numéricos económicos infundados, como la relación entre la deuda y el PIB y acabar con la imposición de reformas miopes para evaluar y permitir el gasto público. En su lugar, una política fiscal responsable debería tener como objetivo el progreso hacia el bienestar y la resiliencia, medidos entre otros, por indicadores como las emisiones de CO2, la precariedad y la desigualdad.
Le saluda atentamente,
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Ampliar la carta Firmar la cartaNUESTRO PLAN EN CINCO PUNTOS
1. Suspender las ayudas a actividades no sostenibles
Los fondos para la recuperación no deben destinarse a ayudas para la industria de combustibles fósiles y otras actividades no sostenibles que no tienen cabida en la economía verde del futuro.
¿Por qué?
Deben suspenderse las ayudas a actividades no sostenibles de industrias que no puedan facilitar la transición hacia modelos más sostenibles, como las empresas de combustibles fósiles. Invertir en estas industrias comportará una triple pérdida económica a largo plazo. Esto obedece, por un lado, a los efectos multiplicadores de las ayudas a industrias que provocan calentamiento global e impacto ambiental adicionales; al coste de oportunidad de no invertir en industrias sostenibles; y, por último, a las pérdidas de empleos y los activos abandonados por estos negocios cuando se vean inevitablemente obligados a cerrar. Un gasto tan imprudente sería irresponsable.
La Unión Europea debe utilizar sus propias definiciones de gasto sostenible descritas en el Reglamento sobre Taxonomía para evaluar los presupuestos, poner fin a las ayudas a industrias que no puedan realizar la transición hacia modelos empresariales más sostenibles, apoyar aquellas que sí pueden hacerlo y financiar activamente el desarrollo de nuevas actividades sostenibles.
2. Garantizar un nivel de vida digno para todos
Europa debe asegurarse que los presupuestos garanticen un nivel de vida digno para todos, a través de ayudas directas a quienes las necesiten, durante la recuperación y posteriormente.
¿Por qué?
Los trabajadores de toda Europa han sufrido durante décadas un estancamiento en los ingresos familiares y el nivel de vida , e incluso, en algunos casos, un franco declive. La Unión Europea sufre también de una serie de problemas sociales que exigen un gasto público a largo plazo.
Algunos países europeos siguen afrontando tasas de desempleo superiores a las existentes antes de la crisis financiera mundial. Además, la pandemia puede provocar un desempleo de larga duración para millones de personas salvo que se tomen medidas. La tasa de desempleo ya ha alcanzado el 8,1% en 2020 y podría seguir aumentando. Para agravarlo, los expertos nombrados por la Comisión Europea han identificado un déficit de inversión en infraestructuras sociales de más de 142 000 millones de euros al año. Estas inversiones mejoran instalaciones estructurales , como hospitales, escuelas y viviendas sociales.
Será inevitable que se produzca una pérdida de empleo en los sectores no sostenibles que debemos eliminar gradualmente. Europa debe garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y un respeto por la dignidad humana durante la transición hacia una economía más resiliente, a través de unos ingresos garantizados y una oferta de reconversión cuando sea necesario. Esto debe garantizarse cueste lo que cueste. Y necesitamos una inversión pública adecuada en hospitales, escuelas y viviendas sociales.
3. Invertir en la transición ecológica
Europa debe embarcarse en un programa de gasto ambicioso para construir la economía sostenible del futuro, incluyendo la producción de energía verde, infraestructuras de transportes sostenibles, edificios energéticamente eficientes, agricultura respetuosa del medio ambiente y la protección de la biodiversidad.
¿Por qué?
Los actores privados no planifican el futuro ni responden a «factores externos», como los daños ecológicos y los gases de efecto invernadero que resultan de sus actividades. No existen en absoluto pruebas fehacientes de que las fuerzas del libre mercado por sí solas puedan luchar de una manera eficaz contra el cambio climático. Creer en la eficiencia por arte de magia de los mercados provocaría una tragedia para los bienes comunes.
Mejorar las regulaciones medioambientales y la transparencia sobre el impacto medioambiental de sus actividades económicas puede ayudar a reducir los daños. Pero sin embargo, no logrará transformar la forma de operar de estos actores, ya sea por aversión al riesgo o por búsqueda de beneficios a orto plazo.
Algunas de las actividades necesarias para la transición a una sociedad sostenible y resiliente presentan riesgos, no son rentables y requieren inversiones a largo plazo. Por eso necesitamos que los gobiernos abarquen una visión a largo plazo respaldada por el gasto público, para invertir en estos emprendimientos sostenibles más arriesgados en los que seguramente los actores privados no se atreverían.
4. No podemos volver a la austeridad
Europa debe rechazar las normas fiscales que limitan el endeudamiento cuando los déficits superan el 3 % y el ratio deuda/PIB sobrepasa el 60 %. Debe evitarse el retorno a la austeridad fiscal.
¿Por qué?
En 2021 numerosos Estados miembros de la UE afrontarán un déficit de casi el 6 % del producto interior bruto y un ratio deuda/PIB de cerca del 100 %. Salvo que se reformen las normas fiscales, el retorno a la austeridad comportará un mayor daño económico que frenará la recuperación y obstaculizará cualquier avance en materia de resiliencia ambiental y social.
Estructurado en torno a la suposición de que los déficits públicos son negativos, el marco fiscal europeo exige a los países que traten de alcanzar siempre unos presupuestos equilibrados. La austeridad es la medicina que mata al paciente. Como consecuencia de la crisis financiera mundial, la austeridad tuvo un efecto devastador en países como Grecia, donde la economía se hundió un 25 % y el desempleo aumentó en la misma proporción.
Los economistas más experimentados del mundo en el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos promueven ahora el activismo fiscal en lugar de la austeridad. Reconocen que el erario público no es lo mismo que una tarjeta de crédito familiar y que el hecho de cerrar el grifo más de la cuenta después de una crisis puede conllevar graves daños económicos. El Estado debe desempeñar un papel fundamental en la estabilización de la economía después de una crisis económica con el fin de evitar el efecto dominó del aumento del desempleo y del descenso del consumo, lo que puede desembocar en un profundo descalabro económico.
Debemos abandonar la anticuada ortodoxia económica de «equilibrar siempre las cuentas», sea cual sea el contexto. Este pensamiento a corto plazo ignora las futuras crisis económicas que afrontaremos por no acometer ahora las acciones adecuadas. El equilibrio de nuestras cuentas a largo plazo exige que consumamos ahora para evitar crisis futuras e invirtamos en la construcción de una economía resiliente al cambio climático, las pandemias y las crisis sociales.
5. Reformar el marco fiscal europeo
El marco fiscal debe ser reformado para dar prioridad a la resiliencia medioambiental y social a largo plazo por encima de la sostenibilidad fiscal a corto plazo.
¿Por qué?
El nuevo consenso económico reconoce que el préstamo para invertir en el futuro es una de las herramientas más poderosas de las que disponen los gobiernos, dado que produce prosperidad y beneficios a largo plazo. Aunque el actual presupuesto para la recuperación ofrece un merecido descanso a la lógica de la UE de las cuentas equilibradas, es necesaria una revisión permanente del marco fiscal europeo.
La política fiscal debería abandonar la obsesión actual por la cantidad de gasto público y enfocarse más por su calidad. Deberíamos dejar de lado la adhesión a unos umbrales numéricos arbitrarios, como los ratios deuda/PIB, y en su lugar centrarnos en medidas concretas de progreso en busca del bienestar y la sostenibilidad, como la reducción de los gases de efecto invernadero y el descenso de los niveles de desigualdad. Este planteamiento está en consonancia con las recientes reflexiones de los principales economistas de la OCDE y del FMI.
La inflación sigue siendo obstinadamente baja y los gobiernos se enfrentan a unos costes de préstamos bajos e incluso negativos. Por este motivo, ahora es el momento oportuno para que la Unión Europea preste fondos para invertir en una transición sostenible y socialmente inclusiva hacia una futura economía resistente.
¿Cuál es el resultado de ESPAÑA?
De los 72.000 millones de euros del presupuesto de recuperación español:
Descargue nuestro informe sobre España
Acerca de
Rethink the Recovery (Reconsiderar la recuperación) es una campaña coordinada por Finance Watch, que ha sido posible gracias a la ayuda de los asociados enumerados a continuación. Somos una coalición diversa de organizaciones sin ánimo de lucro, grupos de consumidores, sindicatos y equipos de expertos. La campaña tiene una doble finalidad: integrar la resiliencia en los planes de recuperación y reformar el marco fiscal europeo. Creemos que ahora tenemos una oportunidad única para de transformar nuestra economía.
¿Qué es Rethink the Recovery?
Rethink the Recovery es una campaña de la sociedad civil que aboga por planes de recuperación resilientes y una reforma de las normas fiscales de la UE. Consideramos necesario que la sociedad civil una sus fuerzas para abordar esta cuestión fundamental. Esta campaña tiene por objeto contribuir a la construcción de una red de activistas y economistas que aboguen por una reforma de las normas fiscales de la Unión Europea.
¿Quién debería firmar el llamamiento?
Puede firmar el llamamiento cualquier persona que defienda nuestro mensaje. En particular, queremos reunir el máximo apoyo posible de la sociedad civil, entre ellos ecologistas que luchan contra el cambio climático, sindicalistas que defienden mejores salarios y condiciones de vida para los trabajadores y economistas que trabajan en universidades y grupos de expertos.
¡Animamos a que nos apoyen todos los ciudadanos y activistas preocupados por el cambio climático, la justicia social y fiscal y la economía sostenible!
¿Cómo puedo apoyar la campaña?
Puede apoyar la campaña con la firma del llamamiento, el envío de este a sus compañeros o amigos y la difusión de la campaña en las redes sociales. Si representa a una organización o grupo, rogamos lea la sección mostrada a continuación sobre cómo convertirse en asociado.
¿Cómo puedo convertirme en un colaborador?
Si desea convertirse en asociado de la campaña, rogamos envíe un correo electrónico a contact@rethinktherecovery.org y nos pondremos en contacto con usted a la mayor brevedad posible. En su condición de asociado, se mostrarán en el pagina web el logo y la investigación realizada por su organización sobre los planes de recuperación o las normas fiscales. También tendrá acceso a activos de redes sociales sin marca (como gráficos y vídeos), que podrá modificar y utilizar para sus propias comunicaciones.
¿Qué sucede con mi firma?
Su nombre aparecerá en la carta que entreguemos en marzo a los Ministros de Finanzas. Le informaremos sobre las evoluciones de la campaña y le enviaremos material para conocer las normas fiscales de la UE y la forma en que pueden reformarse. Obviamente, siempre podrá retirarse para dejar de recibir nuestros correos electrónicos. Lea nuestra política de privacidad para informarse en mayor detalle.
¿Cuándo recibirán la carta los Ministros de Finanza?
Entregaremos la carta a los Ministros de Finanza de Alemania, Francia y España a mediados de marzo, un mes antes de la fecha final para la presentación de los Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia a la Comisión Europea con el fin de recibir los fondos de la UE.
¿Cuándo deben presentar los gobiernos sus planes de recuperación a la UE?
En abril de 2021 los gobiernos deben presentar a la Comisión Europea sus planes de recuperación, los llamados Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia (PNRR). Estos planes constituyen una pequeña parte de los planes de recuperación nacionales que hemos analizado. Si la Comisión Europea acepta las medidas que se proponen en ellos, los gobiernos podrán recibir una financiación parcial para sus medidas a través del Mecanismo para la Recuperación y la Resiliencia, dotado con 672.500 millones de euros.
¿Qué es el marco fiscal de la UE?
El Marco Fiscal de la UE es una arquitectura compleja que se compone de una serie de normas que restringen la política fiscal de los Estados miembros y se entrelaza con un sistema de gobernabilidad destinado a garantizar el cumplimiento de dichas normas. Refuerza la política fiscal orientada a corto plazo y nos impide alcanzar nuestros objetivos sociales y ambientales. Sin una reforma adecuada, no se conseguirá la recuperación económica.
Para más información, lea «Why and how to reform the fiscal framework?»
¿Cómo se han realizado los análisis?
Los análisis de los planes de recuperación evalúan las medidas en dos ámbitos: por un lado, su sostenibilidad ambiental y social y, por otro, su orientación hacia la recuperación frente a la resiliencia. Las medidas de resiliencia se han orientado a largo plazo y se prevé que tengan efectos económicos transformadores más allá de 2021 (hasta 2030-2050). Para la definición de medidas orientadas a la recuperación, ha primado la urgencia de una respuesta a la crisis de la pandemia y al restablecimiento de la economía previa a la crisis.
Encuentra más información sobre nuestra metodología.
He realizado una labor de investigación sobre este tema que desearía poner a disposición pública, ¿a quién debo enviarla?
Envíe la descripción de la labor de investigación que ha llevado a cabo sobre los planes de recuperación de cualquier Estado miembro a contact@rethinktherecovery.org. Si desea colaborar con la campaña, mostraremos su trabajo en nuestro sitio web.
¿Con quién puedo ponerme en contacto para realizar alguna consulta?
Las consultas deben remitirse a contact@rethinktherecovery.org.
¿Por qué es importante hacerlo ahora?
Es importante que enviemos nuestro mensaje a los Ministros de Finanzas europeo antes de abril, fecha final para la presentación de sus planes de recuperación a la Comisión Europea.
Además, existe actualmente un impulso legislativo en torno a la reforma de las normas fiscales europeas. Es necesario que, aprovechando el consenso cada vez mayor entre los expertos en favor de la reforma de estas reglas, la sociedad civil de un impulso concertado para favorecer que las nuevas normas permitan la tan necesaria transformación económica en vez de obstaculizarla.
Puede informarse en mayor profundidad sobre los motivos por lo que es el momento oportuno para una reforma de las normas fiscales en el documento «Why and how to reform the fiscal framework?»